🖋️ Como diría Yo qué sé quién,
«Hay cuerpos que susurran, otros que se quejan… pero la barriga habla sin filtros. Solo hay que saber escucharla.»
Y en Centro Oyala lo tenemos clarísimo:
cuando tu barriga empieza su telenovela, más te vale no cambiar de canal.
Porque la barriga es como esa tía sabia del barrio: no se calla una, no tiene pelos en la lengua y siempre te avisa antes del drama.
Si no la escuchas… ¡prepárate para el episodio fuerte!:
hinchazón que ni vestido te puedes poner, gases que te hacen dudar de ti misma, calambres, cambios de humor… ¡hasta el novio lo nota y se cambia de sofá!
🎭 Señales de que tu digestivo está en «modo congosa»:
- Tu tripa suena como tambor fang en plena fiesta patronal.
- Vas al baño menos que al mercado un lunes sin pescado.
- Esa comida de siempre ahora te da calambres que ni novela de llorar.
- Tu barriga cambia más de forma que el clima en Bata.
- Te sientes hinchada aunque comas como pajarito.
👉🏿 Si te reconoces en una (o en todas), tranquila:
no es brujería, ni castigo, ni debilidad.
Es tu cuerpo diciéndote: “¡Oye, escúchame!”.
Y no con miedo, sino con cariño. Como cuando una comadre te agarra del brazo y te dice la verdad sin anestesia.
🌿 Soluciones con sabor a tierra:
Aquí no venimos con palabras raras ni dietas que nadie puede seguir.
En Guinea Ecuatorial, tenemos oro en forma de alimentos.
No hay que inventar. Hay que recordar.
🥭 Papaya con lima y pizca de sal marina
Fresca, digestiva, como el chisme bien contado: te alivia sin hacer ruido.
🥣 Sopa de Bökaó de la abuela
Suave, reconfortante y con ese sabor a hogar que hace que la barriga diga “gracias”.
🥄 Comer sin correr
Des-pa-ci-toooo… como el buen Pepesup.
Tu estómago también quiere su tiempo. Y se lo merece.
🧘🏿♀️ Y si quieres puntos extra para llevarte el premio al bienestar:
- Mastica como si tuvieras todo el día (porque a veces, lo tienes).
- Escucha tu barriga sin enfado: si algo te inflama, no lo veas como traición, míralo como aviso.
- Haz diario tu chequeo interno: ¿Qué me cayó mal hoy? ¿Por qué comí con prisa? ¿Qué puedo cambiar mañana?
Tu cuerpo no grita por capricho. Grita porque ya te habló bajito y no le hiciste caso.
📣 Tu barriga no necesita castigo ni dieta milagrosa.
Solo quiere ser escuchada.
Como buena comadre del barrio, solo quiere que le digas:
“Te veo. Te oigo. Te cuido.”
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