En el pueblo de mi madre, cuando alguien estornudaba tres veces seguidas, no se preguntaba si era gripe. Se preguntaba si esa persona había dejado de tomar su infusión de jengibre. Porque allí, la medicina no venía en frascos, venía en cucharas de palo.
La cocina era el hospital, y la abuela, la doctora con bata invisible y manos sabias.
Hoy, esa sabiduría ancestral sigue siendo nuestro mejor escudo. Porque el cuerpo ya sabe cómo defenderse… si tú sabes cómo alimentarlo.
🌱 Nuestros ingredientes no son moda, son legado:
🌱 Jengibre
Fuego sagrado. Ese que sube por la garganta, quita la carraspera y te calienta el alma. Ideal para las mañanas en las que sientes que algo “se te viene”.
🌿 Cúrcuma
Raíz dorada que limpia por dentro como escoba nueva. Es buena para las defensas, pero también para las rodillas cansadas y los días nublados del cuerpo.
🥭 Papaya
Dulce escudo que limpia y fortalece. Una cucharada en ayunas es como abrir las ventanas del cuerpo para que entre el sol.
🍍 Piña
Chispa tropical. Ayuda a digerir, a desinflamar, a limpiar por dentro sin que se note. Y encima, sabe a fiesta.
🐟 Pescado azul (caballa, jurel, sardinas)
No grita, pero construye. Protege el corazón, fortalece músculos y levanta defensas como si fuera muralla.
🍲 Receta de abuela: infusión para guerreras
Ingredientes:
1 trozo de jengibre fresco
1 cucharadita de cúrcuma
Unas hojas de menta
Miel local (si tienes)
Agua caliente
Preparación:
Hierve todo unos minutos. Cuélalo. Tómalo despacio, como quien escucha un consejo sabio. Hazlo por la mañana o antes de dormir. Tu cuerpo lo entenderá.
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