En estos tiempos parece que ser mujer es estar siempre haciendo algo.
Siempre resolviendo, siempre disponible, siempre produciendo.
Pero nuestras abuelas no vivían así.
Ellas sabían algo que a veces olvidamos:
No se trata de hacer más. Se trata de hacer menos, con más sentido.
Sabían decir “hoy no”.
Sabían que descansar no era un lujo, sino una necesidad.
Sabían que una mujer vacía no puede dar, ni a sus hijos, ni a su pareja, ni a su comunidad.
¿Y si parar fuera sagrado?
Mira a tu alrededor: cuando la tierra se cansa, descansa.
Cuando el río se llena, se desborda y luego se aquieta.
¿Y tú, cuándo te aquietas?
¿O también te has creído que descansar es perder el tiempo?
Las mujeres sabias de antes no hablaban de “burnout”,
pero lo reconocían. Lo sentían en la mirada, en el cuerpo que no respondía,
en el alma que ya no cantaba.
Y sabían que la cura no era hacer más.
Era parar.
🌿 Rituales de recarga que no cuestan nada
- Peinarse con lentitud:
No para verse bien, sino para reconectar con cada hebra de vida que nace de ti.
- Comer sin hablar:
Saborear el plato, el momento, el silencio.
- Estar sola sin explicar:
Apagar el ruido. No justificar. Solo estar. Como una semilla en la tierra.
- Poner los pies en agua tibia con sal:
Una limpieza ancestral que calma el cuerpo y descarga lo que no se ve.
Dicho ancestral:
“La calabaza vacía no alimenta. El alma vacía no sostiene a nadie.”
💬 Mujer, no tienes que merecer el descanso.
Ya es tuyo. Te pertenece.
Porque si tú no te llenas primero, todo lo que das será desde el vacío.
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Centro Oyala: Mujer y Bienestar
Un espacio para soltar, recuperar y recordar que cuidarte no es egoísmo. Es sabiduría.
