Dormir no es perder tiempo.
Dormir es volver al cuerpo, al alma, a lo invisible.
Y nuestras abuelas lo sabían bien.
En muchas casas de nuestro país, todavía hay quien dice que los sueños son mensajes.
Que no son tonterías, ni cosas sin sentido.
Son avisos. Son guías.
Soñar con agua puede ser sanación.
Con fuego, advertencia.
Con niños, renacimiento.
Pero claro… hay que dormir bien para soñar de verdad.
Hoy, dormimos con pantallas, con prisa, sin cerrar bien el día.
Cenamos rápido, nos acostamos con el teléfono en la mano, la mente a mil… y el alma desordenada.
¿Y si volviéramos a preparar el sueño como se prepara una ofrenda?
🌿 Dormir con alma es un acto de amor propio
Para nuestras abuelas, la noche no empezaba cuando caía el sol.
La noche se preparaba: se barría la casa, se bajaba la voz, se encendía una vela o un carbón con aroma.
Dormir era sagrado porque soñar era importante.
Hoy, recuperar ese rito puede ser la medicina que no sabías que necesitabas.
Porque no solo descansan los músculos.
También descansa el corazón.
🌙 Ideas para dormir con alma:

Té de hojas dulces y jengibre:
calienta el cuerpo, relaja el pecho y prepara el sueño. Añade un poco de miel local si lo deseas.
Baño tibio antes de acostarte:
no hace falta una bañera. Un balde, un taburete, y agua con hojas de menta o eucalipto.
Cantar bajito una canción de infancia:
cántatela a ti misma. Como si fueras niña. Porque aún lo eres.
Poner una tela suave sobre la almohada:
como hacían las abuelas. Que el lugar donde apoyas tu cabeza también te abrace.
Dicho ancestral:
“El espíritu que no duerme, se olvida de quién es.”
Dormir bien no es lujo.
Es raíz. Es fuerza. Es sabiduría.
Y tú mereces descansar como una reina… no solo por fuera, también por dentro.
📲 ¿Y tú? ¿Tienes un ritual de noche que te conecta contigo misma?
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Ahí no solo hablamos de nutrición, hablamos de lo que de verdad nos sostiene.
Y eso empieza cuando cierras los ojos y el alma suspira tranquila. ✨
